La división de Reparaciones de Navantia en la ría ferrolana dejó atrás definitivamente el bache que había experimentado en el 2017, al cerrar un ejercicio en el que consolidó la recuperación de la actividad. Así, por las instalaciones de las antiguas Astano y Bazán pasaron durante el pasado año un total de 42 buques mercantes, 7 más de los que lo hicieron doce meses antes. En términos porcentuales, implica un incremento del 20 %.
Destaca principalmente en ese volumen de flota que ha recalado en las factorías locales los buques gaseros, en los que está especializada la Navantia gallega. En concreto, 18 de los barcos civiles fueron gaseros, situando con esta cifra a las plantas locales en el cuarto reparador del mundo de este tipo de navíos.
Aunque el mercado de la reparación naval es fluctuante, las previsiones que maneja el sector son las de mantener buenos niveles de actividad.
En las instalaciones de la ría ferrolana no solo se llevan a cabo reparaciones de barcos mercantes, sino que también constituyen un importante foco de empleo las varadas reglamentarias y las obras de actualización de los barcos militares.
Aunque los gaseros constituyen el tipo de barco de mayor peso en el conjunto de los que han pasado por las antiguas Astano y Bazán, el catálogo de navíos contratados por la división de Reparaciones ha sido amplio. Quimiqueros, portacontenedores, petroleros, ferrys y barcos de transporte son algunos de los que fueron sometidos a distintas obras de mantenimiento o de reparación.