Su objetivo es rescatar pescadores de barcos de bajura cuyas embarcaciones sufran cualquier tipo de problema. Se llama MAR-1 y es un proyecto desarrollado en su mayoría por empresas gallegas, lideradas por IMATIA y con la conectividad de Vodafone. El proyecto piloto se ha puesto en marcha en la Ría de Arosa y consta de dos nidos de drones, un hidroavión autónomo y un barco de rescate que se puede tripular a distancia.
Los drones se encuentran ubicados en ‘nidos’ desde los cuales son lanzados a través de plataformas impulsoras cuando reciben una alerta de un posible incidente en la mar. El objetivo de estas aeronaves es determinar si la alerta es real, y evaluar el problema. Disponen de cámaras que mandan las imágenes a un centro de control en el que se evalúa todo lo que sucede con los barcos que se integran en el sistema. Su autonomía es de diez horas y evitan zonas restringidas al vuelo. Además, no acude la aeronave más cercana al incidente, sino aquella que tardará menos por las condiciones meteorológicas.
Cada embarcación cuenta con una plataforma tecnológica conectada a la unidad de control a tierra, al propio barco y a los marineros a través de pulseras inteligentes que ha de llevar cada pescador, además de un chaleco que lo posiciona vía GPS. Esto determina cuándo un marinero ha caído al agua.
Cuando los drones evalúan el tipo de problema que sufre una embarcación entran en juego los vehículos de rescate. Uno de ellos es una lancha con dos motores de 300 caballos que se puede tripular a distancia. La embarcación cuenta con un sistema articulado para rescatar a personas en alta mar. Consiste en un brazo articulado con una red de seguridad que recoge el cuerpo y lo deposita en el barco.
El sistema es complementado por un hidroavión autónomo. Puede despegar y aterrizar en el agua sin piloto y desplazarse allí donde tenga lugar el incidente. Esta aeronave dispone de un sistema de comunicaciones de voz bidireccional para que rescatados y rescatadores puedan hablar entre ellos.
La utilización de vehículos autónomos también está presente en los planes de Navantia. La naviera española quiere dotar a los futuros barcos de esta tecnología.
El proyecto ha sido financiado por la Unión Europea, el Gobierno de España y la Xunta de Galicia. Desde IMATIA aseguran que se ha invertido más de un millón de euros en la iniciativa.